
Receta de pollo satay tailandés con salsa de cacahuetes
Resúmen.
Tiempo de preparación:
- Total: 40 minutos
- Preparación: 25 minutos
- Cocinado: 15 minutos
- Raciones: 4 Porciones (4 Raciones)
Acerca de esta receta:
Esta versión más sencilla del satay de pollo tailandés es auténtica y tan jugosa y sabrosa que querrás hacerla tanto para los invitados como para la familia. Se puede hacer tanto en el horno como en la parrilla, lo que es estupendo saber por si el tiempo no coopera. Hicimos esta receta en mi horno en pleno invierno, así como en la parrilla en pleno verano; siempre está buena, pase lo que pase. Sírvelo con mi fácil salsa de cacahuete y arroz aparte, o disfrútalo directamente del palo (¡es una gran comida para fiestas!). Hay tantas recetas de satay tailandés como cocineros tailandeses, y cada uno prefiere su propio adobo especial. Algunos hacen el pollo de color marrón oscuro, mientras que otros lo hacen de color dorado; éste es de esta última variedad. Para una versión baja en grasas, prueba esta receta de Satay de pollo bajo en grasas con salsa de cacahuetes.
Ingredientes:
1 lb. (.46 kg) de muslo de pollo deshuesado y sin piel (cortado en trozos o tiras del tamaño de un bocado) 2 cucharadas de hierba de limón fresca picada (o hierba de limón embotellada/congelada (disponible en tiendas asiáticas) 4 a 5 dientes de ajo 1 cucharadita de galangal fresco rallado (o jengibre) 1/4 de taza de cilantro fresco (picado) 2 cucharaditas de cilantro molido de comino molido 1/2 cucharadita de cúrcuma 1/4 de cucharadita de pimienta blanca molida (en el pasillo del supermercado) 1 chile rojo fresco (picado, o de 1/3 a 3/4 de cucharadita de pimienta de cayena O de copos de chile, al gusto) 4 cucharadas de salsa de pescado 3 cucharaditas de azúcar moreno (o azúcar de palma) 1/2 cucharada de vinagre de arroz (u otro vinagre) 2 cucharadas de miel líquida 2 cucharadas de aceite vegetal
Instrucciones paso a paso para esta receta de Receta de pollo satay tailandés con salsa de cacahuetes
Precalienta el horno a 180º C. Engrasa ligeramente dos moldes de 20 cm. Forra el fondo sólo con papel de horno ligeramente engrasado. Con una batidora de pie, o una batidora de mano eléctrica, mezcla los huevos, el azúcar, la harina y la levadura en polvo con la mantequilla y la margarina ablandadas hasta que estén completamente combinadas. La mezcla debe tener una consistencia suave. Si no tienes batidora eléctrica, puedes utilizar una cuchara de madera. Divide la masa de la tarta uniformemente entre los dos moldes; puedes pesarlos para asegurarte de que son iguales, pero no es esencial. Alisa ligeramente la superficie del pastel. Colócalos en el estante central del horno precalentado y cocina durante 25 minutos o hasta que los pasteles hayan subido bien y estén dorados en la superficie. Si los pasteles se doran demasiado rápido, baja un poco la temperatura, pero no tengas la tentación de abrir la puerta. Una vez que hayan subido y se hayan dorado, puedes abrir la puerta para comprobarlo, presionando suavemente el centro del pastel, que debería volver a subir rápidamente. Saca los pasteles del horno y colócalos en una rejilla de enfriamiento durante 5 minutos. Al cabo de los 5 minutos, los pasteles deberían alejarse de las paredes de los moldes. Saca con cuidado los pasteles de los moldes y deja que se enfríen completamente en la rejilla. Una vez fríos, coloca uno de los pasteles con el lado cocido hacia abajo en un plato. Cubre con una capa gruesa de fresas, seguida de una capa aún más gruesa de nata montada. Cubre con el segundo pastel. Cubre con el azúcar glas, más fresas si quieres, e incluso una segunda capa de nata si te sientes decadente. Sirve con una buena taza de té.