Esta salsa superrápida y fácil, sin cocción, procedente de la región costera de Liguria, en el noroeste de Italia, es estupenda para los ñoquis o cualquier pasta corta y fresca, como los trofie o los corzetti. Delicada y sutil, también es ideal para la pasta rellena, como los raviolis o los tortellini, ya que es lo suficientemente delicada como para no opacar el sabor del relleno. Supuestamente se originó como salsa para los pansotti al estilo genovés, una pasta triangular de Liguria rellena de ricotta y acelgas, espinacas y hierbas silvestres como la borraja. También queda bien con pasta larga y fina, como los espaguetis o los pici gruesos y masticables. También puedes servirla como un simple antipasto o aperitivo, extendida sobre rebanadas de pan crujiente o crostini (pequeñas rebanadas de pan tostado). A veces esta salsa se hace con mitad de nueces y mitad de piñones, con un chorrito de vino blanco, o con nata, pero nosotros preferimos esta versión más sencilla y ligera, hecha sólo con nueces, ajo y leche. Combinaría bien con un vino blanco de Liguria, como un Pigato o un Vermentino, o un Prosecco cuando se sirve como antipasto.