Los kebabs de todo tipo son habituales en la cocina turca y de Oriente Medio. Esta versión en particular lleva el nombre de la ciudad de Adana, en Turquía, donde se dice que se originó, y se hace tradicionalmente con carne de cordero picada montada en una brocheta y asada al carbón. Diferentes ciudades y regiones debaten sobre el grado de picante que debe tener el kebab de Adana, pero la inclusión de cordero picado como carne elegida es una constante. Otras indicaciones históricas incluyen la restricción del tipo de cordero que se puede utilizar, el tipo y la forma del cuchillo que se emplea para molerlo, e incluso las dimensiones exactas de las brochetas que se utilizarán para cocinarlo. Sin embargo, en los tiempos modernos, la mayoría de la gente compra el cordero ya molido en la carnicería o en el mostrador de los principales supermercados y tiendas de comestibles. Y la elección del pincho suele ser sólo si se opta por el de metal o el de madera. Pero las variaciones de picante y los ingredientes adicionales, como la cebolla y el ajo picados en las brochetas, siguen dependiendo de cada cocinero y varían según el gusto personal y las tradiciones de las regiones y países. La adición de un poco de agua a la mezcla ayuda a que la carne se adhiera mejor a las brochetas, lo que puede ser complicado y puede requerir un poco de práctica. Formar primero la carne en bolas y luego ensartarlas en la brocheta puede facilitar la tarea. Una vez ensartadas, puedes utilizar los dedos para presionarlas y hacer que se adhieran bien a la brocheta. Las brochetas cocinadas suelen servirse sobre un pan plano caliente para recoger las salpicaduras y se acompañan de tomates asados, pimientos verdes o rojos, cebollas en rodajas y perejil. Menos tradicional, pero igualmente delicioso, sería servirlas sobre un lecho de arroz basmati cocido o un cuscús con hierbas.