Se trata de una salsa muy sencilla que puede prepararse durante todo el año en el tiempo que tarda en cocerse una olla de pasta o batirse rápidamente para utilizarla como componente de otras innumerables recetas. En verano, por supuesto, puedes utilizar tomates frescos y un molinillo de alimentos (passatutto) para hacer tu salsa, pero fuera de la temporada de tomates, una buena passata di pomodoro (puré de tomate, a veces etiquetado como «tomates colados») es la mejor manera de hacerlo. Siempre puedes tener a mano uno o dos botes para poder hacer una comida rápida y satisfactoria en cualquier momento, tanto si es tarde por la noche, como si las tiendas están cerradas o simplemente no tienes tiempo. Me gusta utilizar chalotas, como me enseñó una de mis tías en Italia, porque su sabor es una mezcla entre la cebolla y el ajo. No son tan fuertes y pronunciados como el ajo, que podría ser excesivo si utilizas esta salsa en un plato de sabor más delicado, como los canelones rellenos de espinacas y ricotta, pero son más picantes que las cebollas solas. Creo sinceramente que no hay ninguna razón para utilizar nunca salsa de pasta de bote. Suele tener un sabor horrible, a menudo está llena de azúcar completamente innecesario (y poco saludable), y cuando hacer tu propia salsa es tan rápido y fácil, ni siquiera tiene la conveniencia a su favor. Nota: prefiero comprar la passata di pomodoro en tarros o botellas grandes de cristal por varias razones. No tiene ese extraño sabor metálico que a veces puede tener la salsa enlatada, no tendrá el potencialmente dañino BPA que se filtra en el revestimiento de la lata (debido a la acidez natural de los tomates, éstos filtran mucho más BPA del revestimiento de la lata que los alimentos enlatados menos ácidos), y puedes utilizar la cantidad que necesites y mantener el resto refrigerado hasta que lo necesites. Algunas buenas marcas que se venden así son Mutti, Cirio y Bionaturae (que también es ecológica). Suelen venderse en la sección de salsa de tomate de los supermercados, y los mercados de importación italianos casi siempre la tienen. Las marcas italianas no suelen tener sal añadida -simplemente contienen tomates-, así que puede que tengas que ajustar el condimento en consecuencia.